Los ergonomistas han intentado definir las diversas posturas que disminuyen las tareas irrelevantes y minimizan las diferentes fuerzas que tensan el cuerpo. Podríamos tener el problema resuelto en ergonomía.
En lo que respecta a la postura, cada uno de nosotros puede, sin duda alguna, reducir el riesgo de lesiones.
Esto, si nos adherimos a un conjunto particular de principios ergonómicos:
- Realizamos varias actividades de trabajo con las articulaciones, aproximadamente en el punto medio del rango de movimiento; especialmente en las extremidades superiores, cabeza y tronco.
- Cada tarea de trabajo debería permitirle al trabajador adoptar una variedad de posturas que sean seguras y saludables.
Como otros estudios en humanos, la ergonomía no funciona sin sus defectos.
Un desafío para el pensamiento rutinario en Ergonomía, es el dilema de que un individuo debería observar con habilidad precisa sus propias funciones musculares y articulaciones, así como también ser capaz de alterar su postura, a una mucho más saludable, a su propia voluntad.
Naturalmente, ningún individuo puede desarrollar este tipo de conciencia extremadamente refinada de los sentidos, sin previo entrenamiento y experiencia exclusivos.
Entonces, para obtener los beneficios ergonómicos a través de la investigación, tenemos que aprender a estudiar y observar nuestros propios cuerpos, de una manera innovadora y sofisticada.
Si se ignora este problema, todos los intentos de mejorar las condiciones del lugar de trabajo pueden tener un éxito bastante limitado.
Un remedio a este dilema es una práctica conocida como la Técnica Alexander.
Técnica que tiene una historia expansiva, ayuda a las personas a desarrollar el pensamiento de la coordinación restringida y la acción física necesaria para alterar los patrones de postura dañina y el movimiento.
La técnica Alexander podría ser la clave y dar el problema resuelto en ergonomía.
Básicamente, esto significa en pocas palabras, hombres y mujeres pueden poner en práctica los principios de ergonomía.
Además, los ayuda a reducir el riesgo de sufrir una lesión por esfuerzo repetitivo.
Desarrollada en la primera mitad del siglo pasado, la Técnica Alexander se ha convertido en una ciencia reconocida, ya que se ha aplicado desde su aparición, a personas de todas las edades y profesiones.
La técnica Alexander se puede describir simple y prácticamente como una ciencia para hacer que las personas sean conscientes de que posiblemente podrían estar haciendo mal uso de sus cuerpos.
La técnica enseña a las personas:
- Cómo escapar de los malos hábitos referidos a posiciones, tanto en nuestro lugar de trabajo como en nuestra vida personal.
- Cómo disminuir la fuerza innecesaria de los músculos aplicados al cuerpo.
- La técnica Alexander nos instruye sobre el uso de cantidades adecuadas de esfuerzo para una tarea específica.