Hay que procurar que las ventas se vayan produciendo a lo largo del año y no por estaciones como rebajas, navidades, invierno, verano, etc. Si aprendes a trabajar de este modo y las ventas son constantes, el abastecimiento de tus materias primas también lo será.
Elimina todo aquello que no sea necesario o esté desfasado. De nada sirve acumular aquello que se ha quedado “atrás”. Deja espacio y dispón de más espacio para los productos más demandados. Con esto conseguirás efectivamente dar una respuesta más ágil a tus clientes y les proporcionarás aquellos productos que demanden casi al momento en el que te lo pidan.
Con el fin de conseguir mayores beneficios los acuerdos que establezcas con tus proveedores son esenciales.
Toda esta optimización de la que hablamos tiene un costo. Requiere de una inversión continua para mantenerse y evolucionar. Es fácil caer en la comodidad y estancarse, pero la calidad de tu cadena de suministro acabará decayendo con el tiempo.
Lea el artículo completo aquí sobre cómo optimizar la cadena de suministro.
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